domingo, 17 de julio de 2016

La bondad de la abuela

Teníamos una abuela a la que los nietos llamábamos guelita, murió de anciana y era un caso perdido de bondad y rebeldía, siempre estaba callejeando por el pueblo, algunos días incluso volvía a casa al amanecer, siempre se reía, quería ser presidente del gobierno, y era machista, bondadosa y una experta cocinera, siempre decía que no se moría porque no le daba la gana y en ocasiones se daba largos baños, a veces lloraba sin razón y otras veces se reía sin la misma razón. La abuela cantaba una canción que no tenía letra, yo la adoraba y siempre la echo de menos, experta cocinera, hacía rollo de bonito como sus antepasadas, se volvió pequeña con el tiempo, diminuta, algún día la volveré a ver, cuando yo sea una anciana, que recuerde a mi querida guelita Josefita.