La Cueva de los tesoros

En una cueva había un tesoro, de gemas y rubíes, de esmeraldas y zafiros, de oro y de brillantes. Nadie era dueño del tesoro, no sabia nadie de la existencia de estas joyas, un día unos niños atravesaron la cueva y al descubrir las joyas, extasiados se quedaron mirando sus brillos, pero no dijeron nada y todos los días se les podía ver entrar en la cueva, al final de aquel año, los más pobres del lugar tuvieron regalos que no sabían de donde venían, pero se oían unas risas en el cuarto de los juguetes, así fue durante muchos inviernos y primaveras, cuando las joyas se multiplicaron por miles y miles, los niños pensaron en hacer un museo, también pensaron en donar las joyas a las altas instalaciones del país, pero sabios como eran, dijeron que lo mejor era seguir con los regalos, compraron columpios, cuerdas para saltar, almohadones de finas plumas, sillas de hablar, cojines de pensar, así todos fueron felices, dejaron que la magia invadiera las casas, los hogares de los mas necesitados y cuando nadie los veía la gente humilde daba las gracias en oraciones que se elevaban a los cielos del mundo

Color de melòn

Tenia los colores de un melón, que dices le preguntó su mama, el niño se echo a reír, si dijo serio, el color del melón, duro por fuera, suave por dentro, el niño se hizo amigo de aquel pequeño que iba en bici, se les podía ver pasear y jugar, juegos olvidados por muchos, Color de melón era un pequeño de rasgos finos y mirada de acero, los pequeños se hicieron amigos y nunca, ni aun en las peores dificulta des se separaron, aún siguen juntos, jugando juegos olvidados por todos, menos por ellos.Color de melón era un joven sabio, leía de todo, estudiaba mucho para saber aún más de la misma vida, era duro y blando, fuerte y débil, a pesar de los años que pasó solo después de que su amigo desapareciera, en una tormenta blanca, nunca le olvidó y aún hoy hable de el con primor y una pizca de nostalgia, con el tiempo Corazón de melón se casó, tuvo hijos y una vida plena y en los albores del nuevo milenio, olvida a su amigo pero le lleva en su corazón.

Pelayo y la cueva del mar

Pelayo era un niño de mirada de alabastro y rostro de porcelana, atrevido y simpatico tenia un secreto, la cueva del mar era su refugio secreto, cuando nadie le veia se alojaba en las profundidades de la cueva del mar, alli era feliz, hacia castillos de porcelona, pintaba las paredes de colores, se refugio en la cueva cuando llegaron los mayores y alli durmio un sueño que le trajo mundos de colores, Pelayo fue un hombre de mirada de pasion, andares de sireno de mar y cabellos plateados como el cielo en la noche

Los niños del arbol de chocolate

Habia un arbol de coco pero no daba miedo, habia un arbol de chocolate y de menta, que los niños miraban con ojos de dulzura, nadie les dijo nada pero se subieron al arbol, le arrancaron un trocito de ramita dulce y se limpiaron los ojos de las lagrimas de dulzura, habia un arbol que les decia que subieran y en las ramas de los arboles se vieron niños y mas niños, los arboles encantados se dedicaban a merendar, cenar y desayunar como si fueran sus casas y en ellas estaban como si fueran sus moradas.

Los niños de la soledad

Los niños en soledad miraron al infinito esperando el dia, nadie espero que cantaran, al cielo, a los colunmpios, al viento entre las ramas, se elevo el canto con miradas de viento, con gritos de jubilo como sonidos de antes, los niños volaron en el firmamento y se alejo la soledad como pasion y vida, los niños hicieron un coro de voces celestiales y se arrullaron con las canciones que salieron de la misma garganta del silencio.

Niños del paraiso

Habi en el paraiso unos niños que cantaban, canciones que hablaban de lejano mundos, de especiales mariposas de colores, de mundos lejanos en el tiempo, habia en el espacio sideral un paraiso terrenal, habitado por alas de mariposa de color morado, por brujas blancas que vivian en soledad, los niños del paraiso abandonaron la ciudad y en su lugar crecio un arbol de altas copas y frondosos bosques.

Caminante no hay camino

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, caminando y caminando llego mi amiga al final del mundo, allí no le gusto lo que veía, no entendio lo que veía y se fue en compañía de una cebra que la siguió con cautela, nadie pensó que seria un largo y complicado sendero y cuando llegaron cansadas se tomaron un te con pastas a la salud de los caminantes.

Martha y la llanura de hielo

Martha paseaba en al lejanía, se sento en el camino de la amapola y allí bendijo a los hombres y mujeres con sus palabras, gran amiga mia era un hada de las heladas tierras, se sentía solitaria y echaba de menos a su preciosa hija, hizo un hatillo con sus pertenencias y pasito a pasito se fue a la tierra del sol, allí todos la conocían y ella fue la mas querida de las hadas de las heladas tierras

La tortuga encantada

Había, como empiezan todos los cuentos, una tortuga que tenia un don, estaba encantada, encantada de conocerse, encantada de ser solitaria, encantada de nadar sola, pero el encantada le duro poco, se sentó al sol y se quedo dormida, ¡¡ como le dolía la cabeza ¡¡ pensó cuando se despertó, ¡¡ como le dolía el caparazón ¡¡ y tenia un color rojo, pensó en morir, pensó que estaba enfadada, pensó en su casa y llorando se refugio del sol en casa, de allí no salio mas, no salio en siglos y se volvió enfadada para siempre.

El dia de los colores

Había unos colores alegres y pendencie ros, que residían en una ca sita de los mas profundos colores, cada amanecer salía el azul, el verde y el morado y regresaban el verde, el rojo y el marrón, eran amigos y se querían como nadie, eran solteros pero tenían novias entre el arco iris y la luna, siempre estaban juntos y nadie les dejaba de saludar, buenos días gris ¡¡, como estas azul ¡¡, cada noche en la morada de los colores se veían luces y se oían risas de cientos de colores.

La flor sola

Había en un jardín una flor solitaria, que se sentía bien sola, se sentía tan bien sola que no quería a nadie a su lado, no quería gladíolos, ni claveles, quería estar sola, se desperezaba al sol y abría sus pétalos a la mañana pero la soledad es mala consejera, envejeció y desapareció y mientras las hijas de sus compañeros de jardín fueron felices, nadie recordaba a la flor solitaria menos el jardinero, que había guardado un esqueje que fue plantado en el lugar de la flor solitaria.

La tortuga Manuela

Manuela era una tortuga, no una tortuga cualquiera, era una tortuga como rara, siniestra y un poco macara, se paseaba en pijama por su casa dando voces como loca, escupía en el suelo y se lavaba como podía con una manguera, nadie la quería a Manuela, pero ella tenia un as en la manga, un día salio vestida de colores, dio los buenos días a todos los que encontró, se volvió simpática y educada, Manuela era un ejemplo a seguir, todos la amaban, todos la querían, Manuela se sintió mejor que nunca, Manuela era la dueña del mundo, Manuela era una tortuga diferente pero de pronto, cambio todo en su vida, se volvió huraña, malhablada, mal pensada y la historia volvió a empezar, nadie la hablaba y Manuela fue al medico a ser el hazmerreir del centro, un día bueno y un día malo, así fue el día de Manuela en mi ciudad.

La sonrisa de Maria

La sonrisa de María iluminaba el cielo de colores, la sonrisa de María era lo mas preciado de su rostro, la sonrisa de María acariciaba el cielo con sus carcajadas, la sonrisa de María la atraía el color a su cara, la sonrisa de María tenia fuego en el alma, en una ocasión María río y río y cuando despertó de su sueño, su hermosa risa se había ido a dar un paseo al lago, en otra ocasión al reír, pompas de colores se vieron en la ciudad, la sonrisa de María era su mejor arma, la sonrisa de María era todo corazón.

Colores de amigos

Los colores se revolvieron en sus cajas, el verde pidió ser montaña, el rosa peluche de colores, el amarillo pidió ser submarino amarillo, el color negro pidió ser noche, sus deseos fueron cumplidos y cada noche se les podía ver pintar de colores los arboles, los submarinos y los peluches de la misma noche, nada los detuvo y de colores se vistieron las avenidas y las plazas, los colores fueron felices y cada amanecer se vio en las calles a los colores vistiendo la misma avenida con colores y con colores de la misma vida.

El anciano solitario

Había un anciano solitario en el parque, nadie le miraba pasear y dar de comer a los gatos callejeros, una mañana una niña pequeña se le acerco, le pidió que la llevara al jardín de su casa, el anciano y la pequeña se hicieron amigos, nadie pregunto por los dos, se les podía ver de la mano en el parque jugando juegos imaginados, una mañana el anciano no fue a su cita con la pequeña, ella desconsolada pregunto al viento porque, este le respondió que no había pasado nada, que no había pasado nada, la niña espero años al anciano pero este nunca regreso, se había ido con sus hijos, y solitario de nuevo pregunto por la pequeña durante años, nadie respondió, nadie respondió.